Cuaderno de Bitácora

Una primicia desde la salida de la expedición en Sevilla en 2015: el 9 de septiembre de 2018, el autor de historietas ginebrino Frederick Peeters embarcó en Flor de Pasión en Tulear, al sur del Madagascar, reuniéndose dos días después con Khaled, el segundo. Han sido recibidos por Pere el capitán, Yaiza la coordinadora científica y jefa de grupo, y Victor el cuarto marinero. Así la tripulación se encontraba con todos sus miembros para empezar la travesía del canal de Mozambique con destino a Maputo. ¡Una tripulación de 5 personas! La primera desde la salida de la expedición, pues, para una experiencia inolvidable. Así como lo demuestra el diario de a bordo

" Durante los cinco días de travesía, el tiempo fue tranquilo, sin mucho viento. El mar también estaba tranquilo, lo que le permitió a Fred Peeters dibujar a lo largo del viaje. De hecho, Fred dibujó a un ritmo envidiable, alternando retratos de toda la tripulación, los dibujos de la tripulación trabajando, las algas fosforescentes por la noche, dibujos de plancton a través de la lupa binocular, etc.

Las condiciones de navegación eran particulares como raras: cinco días de navegación con cinco personas a bordo, es decir grupos de dos personas cada cuatro horas. Condiciones que permitían tomarse un tiempo para observar el océano, para discutir problemas medioambientales y sociales; el tiempo de efectuar medidas de la altura del sol y de calcular la posición estimada del barco con la ayuda del sextante, a la antigua; el tiempo de tomar muestras de microplásticos y de observarlos atentamente en el microscopio antes de embalarlos para enviarlos a Ginebra; tiempo para navegar y por supuesto  tiempo de descanso y para maravillarse con la inmensidad del océano.

De hecho, la tripulación ha estado sorprendida por la cantidad de microplásticos que apareció en los muestrarios. Cada uno de los que se recolectaron en el canal de Mozambique contenía una cantidad considerable de partículas microplásticas. Según nuestro conocimiento, no existe o hay muy pocos datos sobre la concentración de microplásticos en el canal de Mozambique, lo que significa que estas muestras brindarán datos nuevos y muy preciosos sobre esta región a nuestros compañeros de la asociación Oceaneye, encargados del análisis de las muestras y de los resultados.

El 18 de septiembre, Flor de Pasión entró por el canal principal para llegar a Maputo, un canal con una profundidad máxima de 12 metros, no excesivamente profundo para el calado de 3 metros del barco. Un canal lleno de ballenas y de aves oceánicas. Una entrada sinuosa marcada por las boyas que jalonan el canal principal, 5 horas de navegación y de atención redoblada para ver por fin la ciudad de Maputo. El contraste fue grande con Madagascar, la capital de Mozambique que ofrecía un paisaje de rascacielos, de autobuses modernos que circulaban sobre el camino, de ruido de coches, de buques de carga enormes y otros barcos de pesca. Toda la tripulación ha quedado impresionada por este cambio radical de paisaje y de realidad después de estos largos meses de navegación a lo largo de la costa malgache, desde julio.

Después de algunos días de papeleo burocrático para cumplir formalidades de entrada al país, la tripulación aprovechó la ocasión para visitar la Ilha de Inhaca, a veinte millas de Maputo. Durante el trayecto, decenas de ballenas aparecieron y una parte de ellas ha sido registrada con el hydrophone. Una experiencia increíble que cerró dos semanas inolvidables de navegación."