Cuaderno de Bitácora

Las nuevas velas del Flor de la Pasión, ¡que por fin están donde les corresponde!, se merecían unas cuantas fotos. Estas que veis se tomaron entre Río y Porto Belo, en el estado de Santa Catarina, donde el velero hizo escala el 25 de septiembre camino de Buenos Aires.

Instaladas progresivamente a partir de la salida, destacan por su blancura la vela mayor, la de mesana y los foques. Seguro que sorprenden a todos los que, en estos últimos años, han navegado en el Flor de la Pasión y que habrán guardado en su memoria el recuerdo de las velas cinceladas por años de mar y de salpicaduras. O de este episodio tan singular de diciembre del 2013, cuando, entre Las Canarias y Cabo Verde, todo el barco —cubierta, velas, cabos, etc.—, se cubrió de una fina película ocre depositada por el Harmattan, ese viento del desierto que amarilleó hasta el cielo. El 17 se llevó a cabo un primer ensayo con todas las velas desplegadas (o casi, faltaba solo la escandalosa, en la cabeza del palo mayor) y por tanto el equipo de La Brigantine será quien tenga el honor de inaugurarlas.