Cuaderno de Bitácora

Lunes 26 de marzo de 2018 al finalizar la mañana, una vez que las formalidades fueron terminadas, Flor de Pasión deja Battam y el triste espectáculo de sus playas sucias, toma rumbo sudeste por el estrecho de Riau que la separa de Bintan al este. Dirección Jakarta a más de 600 millas náuticas. Navegación lenta por el bello tiempo a través del archipiélago de Riau todavía muy frecuentado por el tráfico marítimo, aunque por embarcaciones más pequeñas.

Durante la tarde, aprovechando un mar tranquilo, la tripulación procede a realizar una nueva muestra de agua de mar dentro del programa Micromégas sobre microplásticos, la 149° pero se pierde la recolección en el mar.

Martes 27 de marzo, la expedición cruza el Ecuador por tercera y penúltima vez desde que zarpara de Sevilla hace tres años. La primera vez fue en Brasil en 2015, la segunda en Indonesia y luego en Papúa Nueva Guinea en noviembre de 2017. La próxima y última será al remontar el Atlántico desde Sudáfrica. Algunos pasajeros se suman a la costumbre de ofrecer algunos mechones de cabello a Neptuno según la costumbre cuando se cambia de hemisferio…

El pronóstico ha cambiado completamente desde que el barco efectuó un primer anclaje en el extremo sudeste de la isla Lingga cerca de un islote habitado, Pasir Panjang aunque no distinguimos ninguna presencia. Llueve todo el día, pero nos aporta un poco de fresco luego de un primer día de navegación donde el puente se había transformado en una sartén en las horas más calientes. Y llueve todavía durante una parte de la noche mientras que navegamos hacia el sur.

La mañana del miércoles 28 de marzo aporta un respiro cuando Flor de Pasión ancla en las proximidades de la isla Pekacang, una de las siete islas e islotes que llevan el nombre de “siete islas” (Pulau-Pulau Tuju). El islote se encuentra habitado por pescadores y de la llegada de algunos blancos que aprovechan para tomar sol en la playa. Comprobamos que la "norma" aquí también es como en todas las playas del mundo: la acumulación de residuos plásticos allí es desconsoladora. Al final del día, procedemos a un registro manual en el marco del programa 20000 sonidos bajo los mares.

Durante la noche del miércoles al jueves 29 de marzo, se levanta viento, unos 30 nudos y Flor de Pasión comienza a tirar peligrosamente del ancla. Afortunadamente la tripulación está alerta y rápidamente, la señal de salida es dada, aunque estuviera prevista por la mañana. Los grupos de la noche se relevan con un mar ligeramente agitado pero que progresivamente se calma, así como el viento, hasta ofrecer el espectáculo de un mar de aceite, literalmente. No hay otra opción que navegar a motor.

Desde Pulau-Pulau Tuju, hay que tomar la decisión de rodear la gran isla de Bangka por el este o por el oeste a través del estrecho que lo separa de Sumatra. Las cartas marítimas de a bordo nos dieron rápidamente la respuesta: al este, una zona vasta de varias decenas de millas náuticas es indicada como " uncharted a coral heads ", lleno de arrecifes de coral no cartografiados. En estas condiciones, aventurarse sería una inconsciencia absoluta y es pues por el estrecho de Bangka que Flor de Pasión sigue su derrotero a lo largo de la costa de Sumatra.

En un mar quieto, a medida que el barco se adentra en el estrecho, una línea de color a lo lejos pone a la tripulación sobre aviso: parece indicar la presencia de un arrecife de coral que no está indicado en la carta. Prudencia, disminución y observación: se trata en realidad de un inmenso rastro de espuma extraña y roja que el barco tarda un buen rato antes de atravesarla para seguir su camino. Aquí, el agua cambió completamente de color y la proa del barco surca un mar ocre.

Durante la noche del 29 al 30, tormentas violentas se abaten sobre nosotros, algunas cerca y otras a lo lejos sobre los relieves de Sumatra a estribor y sobre la isla de Bangka a babor, mientras que en la superficie del agua las plataformas petroleras participan de esta iluminación nocturna. El aire es denso hasta durante la noche.

Al final de un nuevo día y noche de navegación, llegamos el sábado 31 de marzo a las islas Seribu, “las mil islas” aunque no sean un poco más de cien, situadas a algo más de 80 millas náuticas al norte de Jakarta.

Increíble pero el domingo 25 de marzo de 2018 por la mañana, entre centenares de barcos comerciales mientras que Flor de Pasión se aleja de Singapur después de dos semanas de escala, encontramos como por azar un nombre al alcance de la vista: el "MAGELLAN", gigantesco porta-contenedores de la compañía francesa CMA-CGM en plena operación de carga y descarga en la zona portuaria del sector occidental de la isla-Estado. Este barco pertenece a esta compañía de transporte marítimo en particular. La misma se encuentra en Marsella no lejos del puerto, el mismo lugar donde comenzamos los trabajos de restauración de Flor de Pasión en 2003 …

Este domingo por la mañana, después de haber navegado con prudencia entre la masa de porta-contenedores, petroleros, graneleros, y otros transportistas de vehículos, unos en el muelle, otros anclados, otros todavía en movimiento, Flor de Pasión se dirigió a la isla de Batam, a algunas horas de navegación, para hacer allí las formalidades de entrada a Indonesia.

El tiempo revuelto como al llegar doce días atrás, el 13 de marzo. La misma llovizna. ¡Y una nueva etapa acaba de comenzar en la estela de Magallanes!

El domingo, 25 de marzo de 2018 en Batam, aprovechamos los trámites de entrada a Indonesia para recorrer la isla a lo largo del camino costero desde la marina de Nongsa Point donde el velero se encuentra amarrado. Batam es como la prolongación de Singapur, venimos por el fin de semana a aprovechar de un ambiente balneario totalmente relativo debido al espectáculo de los superpetroleros que pasan y nos dejan ensimismados.

Llegamos a un complejo hotelero imponente a orillas del agua, el ambiente balneario en cuestión se transforma en una pesadilla. Peñascos negros de petróleo, negras capas relucientes que flotan en la superficie del agua, los pies rápidamente cubiertos de hidrocarburo para el que se aventura sobre la playa dónde temerarios pueden a pesar de todo alquilar una moto de agua: es como si una pequeña marea negra se hubiese vertido sobre este rincón de costa, a los pies del resort y donde solo a algunos metros turistas disfrutan en una piscina afortunadamente protegida.

De repente, el espectáculo del tráfico marítimo en lo que debe ser uno de los lugares más concurridos del globo toma otra dimensión y nos preguntamos si, entre los millares de barcos que pasan a la altura de Batam cada año, no se encuentran quienes deterioran el medioambiente sin escrúpulos, simplemente…